En Benín, la tasa media de finalización de estudios para ambos sexos es del 65,41%. Por diversas razones, los niños benineses en edad escolar abandonan la escuela para aprender un oficio.
Los niños del pueblo de Atokolibé, en la comuna de Bantè, no son una excepción a este fenómeno. Los oficios más populares son costura, peluquería, carpintería, soldadura metálica, mecánica de motos y vulcanización. Sin embargo, el artículo 223 del Código del Menor estipula que un niño debe tener al menos 14 años y haber completado la educación primaria antes de ser admitido a un aprendizaje. La decisión de matricularse en un aprendizaje la toman casi siempre los padres que, al carecer de medios para pagar la escolarización de sus hijos, lo ven como un trampolín hacia el autoempleo.
Desde hace un año, Noé, de 12 años, aprende albañilería con su tío paterno. Sus padres le sacaron de la escuela cuando estaba en quinto curso. «Camino kilómetros todos los días para ir a las obras. Preparo los morteros y se los sirvo al jefe. También hago la reconciliación de los ladrillos. Para mantener el ritmo de trabajo, a menudo me llevo uno o dos ladrillos. Sólo descanso a la hora de comer. Mi jefe me da 300 francos CFA (0,45 euros) para tres comidas al día. Durante la temporada de lluvias, voy a trabajar con él a su campo indica Noé.
Como él, muchos de los niños en edad escolar de la zona de intervención de RACINES acaban en talleres de formación profesional. A los 10, 12, a veces incluso 8 años, abandonan el sistema escolar para realizar un aprendizaje. «En cuanto veo que uno de mis hijos no trabaja en la escuela, automáticamente lo inscribo en un aprendizaje para que no pierda tiempo«, dice un padre. Lo confirma el Sr. Paul DJIDEME, Director de la escuela A de Atokolibé: «A menudo observamos que algunos de nuestros alumnos, aunque no tienen edad para ser aprendices, acaban desgraciadamente trabajando en peluquerías, talleres de costura y a veces albañilería. Nuestros numerosos intentos de sensibilizar a sus padres para que cambien su comportamiento aún no han mejorado nada.
El desconocimiento de las leyes sobre la infancia y el aprendizaje causa daños graves y a veces irreversibles a los niños que aprenden. Para remediarlo, el Sr. Tobias GBAGUIDI, Jefe de la Unidad del Programa Zou/Collines de RACINES, sugiere que se ayude a los padres a comprender que cuanto mayor sea el nivel de educación del niño, mayores serán sus posibilidades de organizar su empresa, una vez finalizado el aprendizaje. También hace un llamamiento a los guardianes de los derechos del niño para que sensibilicen sobre el tema. Y que los responsables públicos asuman sus responsabilidades para desincentivar esta práctica. RACINES ya está haciendo un trabajo notable, pero no tiene el poder de la represión, concluyó.
Video producido por niños beneficiarios, en forma de sketch, para hablar sobre sus derechos:
